Parece que todo el mundo ha entendido que la innovación es la palabra clave de la nueva sociedad. En la sociedad pre-industrial la riqueza era la de los recursos naturales, en la sociedad industrial la del capital manufacturado, pero en la sociedad post-industrial actual la riqueza se basa en el conocimiento, en la imaginación y en el capital humano. Esta nueva sociedad ya no es ni la de la tierra, ni la de las fábricas, sino la de los individuos. Son las personas las que adquieren protagonismo gracias a la utilización de nuevas tecnologías de fácil acceso y más baratas, que permiten impulsar proyectos sin el apoyo de grandes compañías. El nuevo modelo admite la importancia de lo pequeño y así, cualquier persona, desde cualquier parte del mundo, puede generar nuevas y exitosas ideas.
Innovar proviene del latín innovare, que significa acto de introducir una novedad. Innovación es la secuencia de actividades por las cuales un nuevo elemento es introducido en una unidad social con la intención de beneficiar la unidad, una parte de ella o a la sociedad en conjunto. El elemento no necesita ser enteramente nuevo para los miembros de la unidad, pero debe implicar algún cambio discernible o reto en el status quo. La innovación exige la conciencia y el equilibrio para transportar las ideas, del campo imaginario o ficticio, al campo de las realizaciones e implementaciones. No basta con ser creativo y tener buenas ideas, si estas no son llevadas a la práctica. Innovar es acelerar para ser el primero, para llegar antes a soluciones nuevas. Innovar es admitir y propiciar el cambio frente a factores de resistencia como la inercia, el miedo y la ignorancia. Innovar es arriesgar. La innovación sólo se puede hacer acelerando, intentando hacer hoy lo que se hará en el futuro. Porque si sólo se hace lo que hoy se necesita, no se está innovando. Sólo quien se pregunta cómo adelantarse a los demás está capacitado para innovar.
Afortunadamente todos estos elementos tan modernos, son desde hace mucho tiempo conocidos para nuestra especialidad. La cirugía plástica, como ninguna otra especialidad quirúrgica, pone a prueba la imaginación y la creatividad del cirujano en cada momento de la toma de decisiones. Al carecer de localización anatómica establecida como la mayoría de las otras especialidades (cirugía digestiva, cardiovascular o neurocirugía), la cirugía plástica es una especialidad global que exige al cirujano un conocimiento amplio y acabado de la anatomía, fisiología y de las diferentes técnicas para manipular y modificar los distintos tejidos en todo el cuerpo humano. En sus dos grandes áreas, reconstructiva y estética, la cirugía plástica ha innovado para solucionar problemas de la propia o de otras especialidades. Por ejemplo en 1954, el cirujano plástico Dr. Joseph Murray, realizó el primer transplante renal lo que le significó el Premio Nobel de Medicina en 1990. Así también, en 1993 el Dr. Luis Vasconez realiza el primer lifting frontal endoscópico, introduciendo la endoscopía y la cirugía mínimamente invasiva a la cirugía plástica. Ambos ejemplos innovadores fueron generados por individuos con ideas nuevas, que fueron capaces de llevarlas a cabo generando un cambio revolucionario en cada área de trabajo.
Esto no significa que es difícil mantener la innovación en cirugía plástica sino todo lo contrario. Los desafíos son infinitos y las áreas en que todavía existen posibilidades de crear son enormes. Por otro lado la naturaleza inquisitiva y crítica del cirujano plástico hace más probable que este proceso ocurra. Es muy importante dejar que las ideas fluyan, que aparezcan sin obstáculos, intentando mantenerlas en el tiempo y no solo flotando sin rumbo. El mundo actual está buscando lo innovador y nuestra especialidad lo realiza como parte de su práctica diaria. Solo queda concretar estos símbolos en investigación, trabajos científicos y publicaciones para que se difundan en beneficio de todos. Se debe estimular, comprender y apoyar a los que quieren hoy idear la cirugía plástica del futuro. De esta forma continuaremos manteniendo el carácter innovador de nuestra especialidad.