El lifting endoscópico frontal es una técnica que está creciendo en popularidad.
Consiste en realizar varias incisiones pequeñas dentro de la línea del cabello alrededor del perímetro de la frente.
Con la ayuda de un endoscopio (un instrumento óptico que se inserta en las incisiones), el médico utiliza pequeños instrumentos quirúrgicos para despegar de la frente los tejidos faciales y alterar la actividad y función de los músculos.
A diferencia de la incisión coronal, las incisiones utilizadas durante un estiramiento endoscópico de frente son muy pequeñas. Por lo general, el médico realizará entre tres y cinco incisiones aproximadamente, que se ubican en el cuero cabelludo y en las regiones de las sienes. Dado que las incisiones son relativamente pequeñas, las cicatrices que se formen serán menos notorias.
Luego, el cirujano introduce el endoscopio por una de las incisiones (a modo de cámara) y los instrumentos por alguna de las otras.
Así bajo visión endoscópica directa se procede a despegar la piel y músculos del hueso frontal, y a tratar los músculos, de la misma manera que en el lifting frontal coronal.
A diferencia de este último, el lifting endoscópico reseca escasa piel, por lo que el médico debe usar otras técnicas para estirar y elevar la frente. Por ejemplo, el médico puede optar por insertar pequeños implantes entre el tejido y el hueso. Los implantes se adhieren al hueso y pequeños dientes fijan los tejidos en una posición más elevada. Por el contrario, el médico puede optar por el uso de suturas para estirar la frente. Mediante la colocación de suturas en la región, el médico estira la frente hacia arriba, lo cual trae como resultado un aspecto más terso y jovial.